Life Celsius
The Celsius plant with the expansion of the aerobic system for the elimination of organic matter. EFE/Cristina Yuste

Life Celsius afronta su recta final con todos los procesos “funcionando en línea”

30 junio 2018.-

El proyecto Life Celsius que desarrollan Acciona Agua y la Agencia Efe en Archena (Murcia) afronta su recta final con “todos los procesos funcionando en línea y de forma continua, desde el tratamiento de materia orgánica hasta el proceso de eliminación de nitrógeno”.

Así lo ha asegurado María del Mar Micó, directora del proyecto, quien se ha mostrado especialmente satisfecha con los resultados de la última etapa de eliminación basada en bacterias anammox; “se han adaptado muy bien desde que las sembramos, al poco tiempo tenían una actividad considerable y ahora tenemos tasas más altas que las recogidas en procesos similares”.

Estas bacterias son las responsables de la eliminación de los compuestos nitrogenados del agua residual una vez que se le ha eliminado la materia orgánica, y la “alta actividad” que demuestran significa que “están haciendo bien su trabajo”.

También “se va a cumplir el parámetro esperado en la fase de eliminación de materia orgánica gracias a la sustitución del tratamiento de digestión anaerobia por un tratamiento aeróbico de alta carga”, ha añadido María del Mar.

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Mejoras en la primera fase

En un primer momento, Celsius proponía utilizar el permeado del sistema AnMBR que previamente habría eliminado la materia orgánica para seguir con la eliminación de nitrógeno; “sin embargo, debido a la alta concentración de sulfato presente en las aguas de esta zona, que por supuesto no es dañina ni afecta a un tratamiento de agua convencional, sí tiene interferencias negativas en el proceso de digestión anaerobia”.

“El efluente que obteníamos no tenía la calidad suficiente para poder alimentar el resto de procesos y decidimos sustituir este proceso anaeróbico por un proceso aeróbico, algo diferente a los convencionales, ya que se trabaja con una baja concentración de fangos dentro del sistema, lo que se denomina aeróbico de alta carga”.

Y de esta manera, el oxígeno que aplicamos se dirige únicamente a eliminar materia orgánica y los procesos nitrogenados permanecen inalterados para que sean tratados en las etapas siguientes.

Según María del Mar Micó, a nivel energético “es algo desfavorable frente a la digestión anaeróbica, pero el hecho de que sea de alta carga y que no haya que añadir oxígeno extra para tratar la materia nitrogenada conseguimos que, si bien el ahorro energético no sea tan alto como se preveía, nos mantengamos en niveles inferiores a los que se consumen en una depuradora convencional”.

Celsius
Laboratorio en la E.D.A.R. de Archena (Murcia). EFE/Cristina Yuste

La planta Celsius

Esta ingeniera química dirige el proyecto Life Celsius con el apoyo de la Agencia Efe, una iniciativa financiada por la Comisión Europea para probar en una planta piloto a pequeña escala instalada en la EDAR de Archena, propiedad de la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (Esamur), un sistema de tratamiento de aguas residuales con bajo consumo energético.

La planta desarrollada por Life Celsius corresponde a la segunda fase del proyecto Opto AnMBR, liderado por Acciona Agua y Esamur, que comenzó con la instalación en la EDAR de Archena de un digestor anaerobio de membrana para la eliminación de la materia orgánica sin aporte de oxígeno y sin la necesidad de una fuente calorífica externa, gracias a que el efluente llega a la depuradora en torno a 15-20 grados.

Life Celsius
Tanque de bacterias Anammox. EFE/Cristina Yuste

El calor y las bacterias

«Todos los procesos biológicos están estrechamente relacionados con la temperatura, y en general, todos transcurren a mayor velocidad cuanto más elevada es y se ralentizan a medida que baja, quedándose incluso inhibidos o detenidos», ha explicado María del Mar Micó, una ecuación que determina el éxito de su trabajo diario.

«Cuando las bacterias -cuyo desarrollo requiere de temperaturas que oscilan entre los 30 y los 37 grados- muestran una alta actividad implica que están llevando a cabo bien su trabajo, que, en el caso de una depuradora, significa que están eliminando materia orgánica o compuestos nitrogenados de manera óptima».

Por eso, ha reconocido Micó, este invierno y, sobre todo, esta primavera, más fría de lo normal, «las temperaturas han repercutido mucho en la actividad de las bacterias en la planta piloto, cuyo volumen de agua es más pequeño, y han trabajado menos».

Sin embargo, «a poco que empezó a aumentar la temperatura, vimos que la actividad repuntaba de nuevo y ahora las tenemos igual que las tuvimos en el mejor momento del verano pasado, a pleno rendimiento», ha explicado.

Según la experta, las bacterias anammox que utiliza esta tecnología para la eliminación de nutrientes «pueden adaptarse a pasar inviernos fríos y no bajar su actividad tanto como otras bacterias acostumbradas a climas templados».

«Cuando llegaron aquí -ha explicado- provenían de una planta en la que estaban trabajando a unos 35 grados y, sin embargo, esta temperatura, de unos 20-25 grados, apenas repercutió en su actividad y pudimos ver rápidamente que el sistema se colonizaba con la actividad esperada».

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